
Dieta saludable: frutos secos
Los frutos secos, a los que con frecuencia nos referimos como nueces, aunque estas son solo uno de ellos, han estado siempre presentes en la alimentación de la zona mediterránea y el Oriente Medio, incluso han sido parte de la tradición navideña en los países hispanoamericanos, pero solo en los últimos años se han ido haciendo populares en los Estados Unidos y su consumo, como parte de una dieta saludable, es cada vez más común.
Esto se debe en gran medida a sus propiedades nutricionales, como una excelente alternativa vegetal a la proteína animal, su alto contenido de grasas insaturadas, su contenido de calcio y vitaminas como la E y la C, antioxidantes que contribuyen a combatir enfermedades y retrasar el envejecimiento, la vitamina B, que ayuda a combatir el agotamiento, el estrés y los síntomas asociados con los días previos a la menstruación.
El éxito de los frutos secos también se debe a que son deliciosos y versátiles: además de sus formas específicas e inconfundibles, cada uno tiene su sabor distintivo y se pueden comer lo mismo como merienda que como ingrediente de diversos platos y postres, lo mismo salados que al natural, e incluso con azúcar o hasta cubiertos de chocolate.
Puedes comer frutos secos por puro placer, pero si quieres agregarlos a tu menú para complementar una dieta saludable, debes tener en cuenta algunos detalles para conseguir el mayor beneficio:
• Consúmelos con mesura: Son un alimento altamente calórico y la mayoría de los frutos secos tiene más de 500 calorías en cada 100 gramos.
• Son proteínas, pero no son carne: Al incorporarlas para sustituir la proteína animal en una alimentación vegetariana, no olvides que no contienen muchos aminoácidos necesarios para el organismo.
• Evita la sal: Compra los frutos secos sin salar o con poca sal. El exceso de sal no solo es perjudicial para las personas con hipertensión, sino que también obliga a beber demasiada agua y hace que los riñones se esfuercen más.
• Mastica bien: Los frutos secos pueden ser indigestos si no se mastican bien, por eso los ancianos y los niños deben consumirlos con cuidado.
• No te comas las cáscaras: No es una broma. Las cáscaras de los frutos secos pueden contener un gas venenoso. También los frutos secos que empiezan a enmohecer contienen sustancias tóxicas.
Foto: iStockphoto
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