
90 días sin sexo para mejorar la relación
No es la primera vez que se habla de abstinencia como una especie de terapia de choque para solucionar los problemas en una relación de pareja. “Se nos vende la idea de que el sexo es fundamental y que no podemos ser felices sin él. Pero no es cualquier tipo de sexo, no es el que a nosotros más nos sirva y satisfaga, es el que nos han vendido y si no cumplimos somos anormales, tenemos un trastorno, disfunción o patología”, dice Rodrigo Jarpa, psicólogo especialista en sexualidad de Cultura Colectiva.
La propuesta de 90 días sin sexo la practicó el actor Terry Crews, quien en una entrevista en The Huffington Post confesó: “90 días sin sexo, solo hablar con ella y abrazarnos. Descubrí que después de 90 días sabía quién era ella y no fue algo así como hagámoslo porque tendré sexo después, sino hagámoslo porque quiero hablar contigo, quiero conocerte”. Es más, diferentes científicos han demostrado que tener más sexo no significa que la pareja vaya mejor o sean más felices. Así lo dice por ejemplo George Loewenstein en The New York Times: “Hay que concentrarse en la calidad, más que en la cantidad, si se quiere tener una vida sexual plena”.
El tema se ha tratado en una multitud de ocasiones. Existe otro estudio del 2012 realizado por el US National Health and Social Life Survey y del que se hace eco la revista “Primera Hora”, que refleja que el 20% de los matrimonios en Estados Unidos no tienen sexo, estaríamos hablando de 40 millones de personas en Estados Unidos. Además, el estudio “añade que el 10% de los matrimonios encuestados de edades menores de 50 años no tuvo sexo en un año. Los de 40 años o menos tuvieron sexo 58 veces al año, mientras que los menores de 30 fueron 111 veces al año”. La diferencia es más que sustancial.
Sin embargo, no se trata de números o frecuencia, se trata de calidad y de voluntad de la pareja. Siempre repetimos que cada pareja es un mundo y si hay un problema, ambos sabrán que hay que afrontarlo. Lo importante es ser sinceros en este sentido y pensar que una terapia de este estilo no es ni mucho menos sinónimo de fracaso, más bien todo lo contrario. Hablen con un especialista y trasladen todas aquellas preguntas que tengan al respecto. ¡No se arrepentirán!
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