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Belleza interna contra belleza externa

“La belleza que atrae rara vez coincide con la belleza que enamora”, dijo el filósofo español José Ortega y Gasset. Aunque lo que percibimos como bello cambia con el pasar del tiempo, nuestras raíces culturales, nuestra edad, nuestros gustos personales y por supuesto nuestro sexo, la pregunta de qué es más importante si la apariencia física o la belleza interna se mantiene en continuo debate.

Factor sexo– Los hombres, inevitablemente, suelen dejarse llevar más por la apariencia física. Aunque eso de que los hombres piensan en sexo cada seis segundos es un mito, es una realidad que lo hacen mucho más seguido que las mujeres. Nosotras, aunque no dejemos del todo el aspecto físico, solemos preocuparnos más por aspectos como la caballerosidad, el trato, el nivel de educación, la intención de matrimonio y en general, la personalidad.

Factor edad– En las etapas de preadolescencia, muy pocas andamos con la idea de conseguir al príncipe de nuestros sueños, a menos de que sea el último (e inalcanzable) cantante pop del momento. En la adolescencia, y con excepciones a la regla, la gran mayoría comenzamos a desear o experimentar con nuestra sexualidad, en este punto la apariencia física juega un papel mucho más importante que la personalidad. A finales de nuestros 20 y con más fuerza en los 30, el deseo de formar una familia o tener una relación más estable y duradera nos hace tomar en consideración aspectos como la estabilidad económica, el concepto de fidelidad y los valores familiares.

Factor cultura– Dependiendo de si nacimos en Estados Unidos o en alguno de los países latinos, tendemos a darle más o menos importancia a la apariencia física a la hora de conseguir pareja. Estados Unidos suele ser mucho más superficial a la hora de establecer relaciones sentimentales.

En un mundo ideal, la belleza interna y externa se encuentran en perfecto balance, pero este no es siempre el caso. Aunque es cierto que “la comida entra por los ojos” y es casi imposible establecer una relación duradera y placentera, también es válido recordar que la belleza decae inevitablemente y en términos de una relación duradera es mucho más importante fijarse en el valor interno de nuestro potencial compañero.

Foto: Jack Hollingsworth

 
 
 
 
 
 
 

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