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¿Estás en una relación sana?

Andas flotando en las nubes, eso es evidente. No puedes dejar de pesar en tu amado y cada vez sientes que la conexión que existe entre ustedes es más fuerte. En tu mente no cabe duda de que él es la persona indicada para ti y sin duda él siente lo mismo, has encontrado el amor de verdad… ¿verdad? A veces el cristal rosa del comienzo de las relaciones impide ver la verdadera naturaleza de las mismas, y aunque tu pareja se haya apropiado de gran parte de tu mente y sea el culpable de los inagotables suspiros, eso no significa que estés necesariamente en una relación sana.

Como lo explica la terapista de familia y relaciones Robin Norwood en el prefacio de Las mujeres que aman demasiado estamos tan inmersas en la idea de un amor de entrega sin límites y pasiones posesivas que a veces confundimos la codependencia con el amor. Además de sentir atracción por tu pareja, tener gustos en común con él y compartir momentos tiernos, hay puntos básicos que determinan si estás en una relación saludable. Amar es un gesto de construcción y apoyo, no de codependencia y sufrimiento.

Respeto mutuo: ambos se respetan como individuos, valoran la opinión del otro y en general quiénes son como personas. Hay espacio de ser quienes realmente son y sentir que esto es apreciado por la otra persona. El respeto también implica entender y proteger los límites y sentimientos del otro y no actuar de manera hiriente o desconsiderada.

Confianza: aunque es normal que en las relaciones exista cierto nivel de celos (después de todo nadie quiere perder a la persona que ama) la confianza es la base fundamental de las relaciones. En la cultura latina, especialmente, los celos excesivos son interpretados como muestra de amor profundo, cuando en realidad denotan problemas de autoestima y ausencia de bases sólidas para estar en una relación. Todos sentimos celos, lo importante es cómo los manejamos.

Honestidad: de la mano con la confianza, es uno de los elementos más importantes en la relación de pareja. Todos decimos “mentiras blancas” pero si ser deshonesto es una constante para alguien en la pareja no hay forma de que se creen lazos de seguridad. No hay necesidad de ser brutalmente honestos, pero si entender que mentir no conlleva a una relación fuerte ya que tarde que temprano las mentiras salen a la luz y pueden crear un daño profundo en la pareja.

Apoyo: este aspecto debe ser una constante en los buenos y malos momentos. Una persona que realmente te ama te apoyará cuando estés pasando un mal momento, se alegrará de tus triunfos y hará lo que esté a su alcance para que tus proyectos salgan adelante. En tu pareja deberás encontrar un hombro para llorar y unas palmas para celebrar.

Equidad: aunque existan momentos de la relación en los que una persona necesite más atención que la otra, en general el dar y recibir debe ser un balance que permita que las dos personas se sientan llenas, apreciadas y conectadas. Las cosas pueden complicarse bastante cuando una de las personas necesita sentir el control de la relación en todo momento.

Individualidad: Seguro te encanta pasar tiempo con tu pareja y él se ha convertido en una parte primordial de tu vida, sin embargo no debe suceder que la relación se les convierta en el único motivo para vivir. Las amistades, la familia, el estudio, el trabajo y los gustos particulares de cada uno deben tener su espacio para que ambos continúen creciendo como individuos.

 
 
 
 
 
 
 

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