
Su impotencia sexual no es tu culpa
Una tendencia que tenemos las mujeres es la de dar por sentado que si las cosas no funcionan en nuestra relación, seguro está relacionado con algo que hicimos o dejamos de hacer. Si él no llama, es porque soy muy intensa; si no viene a mi casa, es porque no la tengo lo suficientemente ordenada; si me saca a comer todo el tiempo, seguro no le gusta como cocino y si no salimos nunca, es que no le gusta mi ropa. Puede que no todas nos tomemos todo tan a pecho, pero entiendes la idea. Si a eso le agregamos la realidad de que a los hombres les gusta hablar poco sobre sus problemas y prefieren resolverlos solos, la combinación es una bomba de tiempo. La disfunción eréctil, uno de los problemas sexuales más comunes, es una de tantas cosas sobre las que nosotras no tenemos control, aunque nuestra cabeza a veces nos diga lo contrario.
¿Qué es la disfunción eréctil?
También conocida como impotencia sexual, de acuerdo con el Instituto Nacional de Diabetes y las Enfermedades Digestivas y Renales, es la “incapacidad repetida de lograr o mantener una erección lo suficientemente firme como para mantener una relación sexual”.
¿Qué la causa?
La erección en el hombre es el resultado de una serie de eventos, por lo tanto la falta de la misma puede suceder cuando alguno (o varios) de estos eventos es interrumpido. La secuencia incluye impulsos de los nervios cerebrales, de la columna vertebral y de la zona alrededor del pene. Dichos impulsos producen una respuesta del pene, los músculos, las venas y arterias.
La causa más común de la impotencia es el daño de nervios, arterias, músculos o tejidos fibrosos, generalmente como resultado de alguna enfermedad: diabetes, dolencias del riñón, alcoholismo, esclerosis múltiple, ateroesclerosis y enfermedades vasculares, entre las más comunes. Como causas secundarias de la disfunción eréctil están el consumo de ciertos medicamentos, el uso del tabaco, el abuso de drogas y el tratamiento de cáncer de próstata.
¿Qué podemos hacer?
Es importante que entiendas que si tu pareja está sufriendo de impotencia, no es culpa tuya. No se trata de que dejaste de gustarle, de que hayas aumentado un poco de peso en los últimos meses o de que él esté saliendo con otra persona. Tampoco lo hagas sentir mal por su problema, apóyalo sin presionarlo y resuelvan entre los dos, finalmente es un problema que afecta a ambos.
Lo más importante es consultar a un médico. Ayúdalo a entender que se trata de un problema médico y no de una falla en su masculinidad. En la mayoría de los casos la disfunción eréctil es tratable si se consulta a un profesional de la salud.
La gran mayoría de las veces la impotencia sexual se trata con el conocido Viagra o Cialis. Como con cualquier otro medicamento, es importante consultar a un médico antes de usarlo. Los dispositivos al vacío y la cirugía son otras alternativas disponibles.
Si se trata de una disfunción eréctil pasajera o más relacionada con aspectos psicológicos, es recomendable que él consulte a un terapista. Apóyalo durante este proceso, pero olvídate de echarte la culpa.
Foto: Wavebreak Media
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