
El cremoso aguacate
Creo que si hablas español, conoces el aguacate. ¡Tan rico que es¡, ¿verdad? Yo crecí con un árbol en casa de mis abuelos maternos y otro en casa de mis abuelos paternos. Nunca faltaba en nuestra cocina en una ensalada con aceite de oliva y sal, y en ocasiones lechuga, tomate y cebolla. Mi papá se lo come hasta con pan y pues nada mejor que agregarlo a un “sandwich” de pechuga de pollo o churrasco.
Son una divina fuente de vitamina E, B, fibra, de la grasa buena que siempre necesitamos y hasta tienen el potasio de 2 ó 3 bananas. Por ser tan saludable, es que ahora se están viendo en el mercado aceites de aguacate para usarse en vez del aceite de oliva, e incluso hay estudios que dicen que ayuda a bajar los niveles altos de colesterol; pero, ¡ojo!, pues es alto en calorías.
Hay muchas variedades y de ahí depende su temporada, forma, color, textura y tamaño, pero ninguno pierde su cremoso y delicado sabor. Consume productos frescos y comparte la tradición de la cocina con tu familia y amigos. Sé creativa y adopta las costumbres de otros países, el aguacate se come hasta en un batido o mousse dulce de postre, como lo hacen nuestros amigos de Brasil o hasta en una sopa, ensalada de bacalao, salsa, guacamole o taco, como lo hacen en México y en el Caribe.
La Cocina No Muerde ¡¡¡y el aguacate tampoco!!!
Foto: iStockphoto
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