
Los refrescos, causa de la agresividad en los adolescentes
Las bebidas carbonatadas, esos populares refrescos con ingredientes de sospechoso origen, difícil pronunciación y una impresionante variedad de edulcorantes entre los cuales el menos común es el azúcar, tienen tantos seguidores como detractores. En los Estados Unidos, los refrescos no se limitan a ocasiones especiales como celebraciones o comidas veraniegas al aire libre, sino que se han convertido en una epidemia asociada con frecuencia con la incontrolable incidencia de obesidad. Niños, adultos y ancianos beben a diario litros y litros de gaseosas.
Como madres, debemos preocuparnos porque nuestros hijos consuman menos de las llamadas “sodas”, y tratar de que beban más agua y jugos naturales. Siempre he pensado que además de sabotear los esfuerzos por mantener un peso saludable, los refrescos contribuyen a que los niños reciban “demasiado dulzor” y resulte imposible canalizar su euforia y exceso de energía.
Ahora, después que se ha publicado un estudio reciente que asocia el consumo de gaseosas con un aumento de la violencia entre los adolescentes, tenemos una razón más mantenerlas a raya. Los investigadores de la Universidad de Vermont analizaron datos de casi dos mil alumnos de escuelas en Boston, con edades entre 14 y 18 años. Aunque el estudio está en sus inicios, y no se ha determinado si los edulcorantes son los culpables, o si la cafeína y la carbonatación tienen algo que ver, los resultados publicados ponen a pensar a cualquiera.
En resumen, estas son las conclusiones del estudio:
• Los teenagers que bebían más de 5 latas de refrescos no dietéticos tenían de 9 a 15% más de probabilidades de ser agresivos con sus compañeros.
• Había más probabilidades de que también hubieran consumido bebidas alcohólicas y fumado cigarrillos
• El consumo de bebidas carbonatadas no dietéticas se asoció con la tendencia a portar armas blancas y armas de fuego, y manifestarse de manera violenta con la familia, los amigos y las parejas
Foto: iStockphoto
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