
Memoria de mis putas tristes, de Gabriel García Márquez
La lectura de esta novela corta se antoja para esta temporada de verano en donde las historias picantes recobran forma bajo el sol incandescente al lado de la playa, acompañado de una vigorosa bebida refrescante.
El personaje central es un anciano de noventa años ávido por celebrar su cumpleaños en un prostíbulo. Él se dice hombre de principios; sin embargo, su pasado lo acusa como un hombre disipado. Ser periodista en El Diario de la Paz o escritor no justifica esa conducta. Sencillamente es de naturaleza liviana con un ojo al desliz femenino y el otro al teclado de la máquina de escribir.
Rosa Cabarcas es la meretriz de la casa clandestina a donde acude el buen hombre a satisfacer sus ansiedades de joven novillero y armazón decadente. Ella representa a las meretrices universales, con cientos de pliegos de piel para cubrirse el alma rota. Duras, crueles por fuera, desmembradas por ese alguien que algún día les arrebató el corazón para sumergirlas en el fango de la liviandad y la añoranza. Hombres sin boleto de regreso, la clase de varones que primero enamoran y luego usan, maltratan y las avientan al arroyo de la vida como si se tratara de cualquier pañuelo desechable. Para Rosa, los humos del alcohol son insuficientes para sellar las cicatrices de un pasado tan presente que lo torna en un futuro desesperanzador.
Delgadilla, como el viejo llama a su consorte de paga, es una quinceañera con aroma a inocencia y sabor a mujer. Capaz de ganarse el corazón de quien a cambio de sus juegos sexuales y favores sentimentales le regala dinero, adorna con pinturas su habitación y la colma de obsequios a cada visita.
Qué clase de encantos encontró el anciano en Delgadilla, la piel morena, la vitalidad en la cama, los ojos vivaces o el candor que intenta escapar como el gorrión prisionero en una jaula, en el balcón de cualquier provincia colombiana.
Ajeno al argumento, la gran virtud de esta breve novela es la magnitud y precisión de la pluma del Premio Nobel de Literatura, Gabriel García Márquez, quien además refrenda por enésima vez la capacidad para contarnos historias fabulosas.
Te aseguro que la lectura de este libro controversial te proporcionará momentos placenteros como los que el anciano encuentra en Delgadilla.
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