
Cuidados básicos para tu perrita embarazada
La cantidad de animales realengos por el mundo sobrepasa los millones. Por esto existen las campañas para esterilizar a las mascotas. Pero siempre hay excepciones a la regla, como: ¿qué tal si tu perrita es de raza y quieres que continúe su linaje? O te apiadaste de una perrita en la calle y la llevaste a casa… ¿y al llevarla al veterinario te enteras de que vas a ser abuela? (Ocurre más de lo que te imaginas). No importa si fue buscado o no, de repente tienes una perrita embarazada en tu hogar. El evento dura entre 58 y 70 días aproximadamente y los preparativos comienzan desde ahorita. Apunta en la lista:
- Citas con el veterinario: La naturaleza es sabia, pero los consejos del doctor aseguran que la gestación vaya como debe ser. Si el embarazo es planificado, tu perrita debe comenzar tratamientos prenatales – vacunas, eliminar parásitos, pruebas para el gusano del corazón (heartworm) – antes de que busque pareja. Muchos de estos problemas médicos pueden ser transmitidos a los perritos a través de la leche materna.
- Nutrición: Durante las primeras 6 semanas sus hábitos alimentarios deben continuar como siempre. A partir de la séptima semana, su apetito irá en aumento. Como van creciendo los perritos en su interior, la perra no puede comer cantidades enormes de comida de una vez. Mejor déjale en su plato para que vaya alimentándose poco a poco. Recuerda tenerle siempre agua fresca. Dale mimos extra, que los necesita.
El día antes del parto la notarás bien inapetente, sus bocaditos predilectos no le hacen falta. Buena señal para saber que el momento se acerca.
NOTA: Evita añadirle vitaminas o suplementos a su dieta a menos que sean recomendados por el veterinario (link).
- Ejercicios: Siguen siendo importantes. Según va pasando el tiempo, acorta la distancia y elimina el contacto con otros perros para así evitar contagio de cualquier afección.
- Prepara su cuarto: En guerra avisada no muere nadie. Busca con tiempo el área donde quieras que ocurra el parto*. Coloca una caja lo suficientemente grande como para que la perra se pueda acostar cómodamente y tenga espacio para los perritos. Sus lados deben ser altos para evitar que se escapen los chiquitos cuando decidan explorar, pero que no sea difícil para su mamá salir para hacer sus necesidades. Los perritos tienen que mantenerse calientitos, así que la caja debe tener cobijas, toallas y alguna lámpara tenue que mantenga la temperatura (la ideal es 75ºF). Asegúrate de tener bastantes toallas, necesitarás cambiarlas y lavarlas con frecuencia.
* No importa cuán perfectos sean los planes, siempre está la “madre obstinada” que prefiere parir en tu cama. Para evitar este problema, tiéntala con bocaditos en la caja oficial para que se acostumbre al lugar y vaya dejando su olor.
- ¡Llegan los perritos! Aquí la mamá se apega más a ti o prefiere que la dejen sola. Respeta sus deseos, pero mantente cerca del área porque te puede necesitar. Recuerda tener el número del veterinario a mano por si necesitas ayuda.
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