
Lecciones de economía para mi hijo
Si para uno como adulto es difícil digerir los retos de la actual economía, ¿cómo explicárselos a nuestros hijos? La respuesta, me digo yo, es: como mejor pueda. En otras palabras, no es cuestión de taparles los ojos con las manos e inconcientemente hacerles pensar que todo “cae del cielo”. Les enseñamos con lecciones de la vida diaria sobre el trabajo, el costo de las cosas y el valor de cada centavito. No es para nada como cuando les leíamos cuentos de hadas. Por lo contrario es plantarlos bien con los pies en la tierra. Por ejemplo, cuando en casa dejamos de disfrutar de algunas cosas (como por ejemplo, de salir al cine tan a menudo) es porque como familia todos tenemos que hacer ciertos sacrificios. Serles claros de cómo necesitamos que ellos pongan de su parte es importantísimo: apagar las luces cuando salgan del cuarto para ahorrar en energía, explicarles por qué no se les puede comprar el par de zapatos de marca que le han visto a sus amigos, etc. En fin, esta mañana encontré la oportunidad perfecta para hablarle a mi
hijo de cómo ningún trabajo es seguro y cómo las cosas materiales no
duran para siempre. Me identifiqué mucho con un artículo en la
Internet que hace referencia a un libro llamado “La economía explicada a mis hijos”
por Martin Krause, en la que el autor utiliza referencias a cuentos de
la literatura (“El Principito”, “Don Quijote”, “Alicia en el país de
las maravillas” y otros) para explicar a los niños conceptos
relacionados a la economía. ¡Qué interesante! Mi conclusión principal
en la lección a mi hijo fue que aunque es esencial que le enseñe sobre
economía, cómo ahorrar y las finanzas de la familia, la verdadera
riqueza en su mente no debe de ir de la mano de esos conceptos. La
verdadera riqueza está en lo que sí sabemos que tenemos: el amor de los
seres queridos. Eso no tiene precio. (Foto vía).
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