Dime cómo actúas…

Si tienes hijos (o sobrinos, ahijados), seguramente tratas de inculcarles buenos principios y modales. Cada vez que tienes una oportunidad, les dices cuál es la forma correcta de proceder. Y eso te hace sentir muy bien, ¿no es cierto? No queremos que te sientas mal, pero… ¿haz pensado en el efecto que tienen en ellos no tus palabras, sino tus acciones? De acuerdo con los sicólogos, los adultos no enseñan a los niños cómo actuar; ellos les modelan, con su ejemplo, cómo proceder. Aunque mamá le diga al niño que no se debe mentir, cuando ella dice una mentira, lo enseña a “torcer la verdad”; aunque le hable del peligro del cigarillo al adolescente, si fuma delante de él, le deja saber que fumar es aceptable. Pero, sobre todo, le enseña que podemos decir una cosa y actuar otra. No nos cansamos de repetirlo: el adulto no enseña con las palabras, modela con el comportamiento. Por lo mismo, toma nota de cómo actúas – qué haces, a pesar de lo que dices – delante de esos pequeños que deseas guiar por la vida.

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