
3 respiraciones sencillas para sobrevivir al estrés
¿Saber cómo tienes que respirar para relajarte?
El estrés es uno de los probados causantes de múltiples enfermedades y del cobro de varias vidas en los Estados Unidos. Desde fatiga, hipertensión, arritmias, derrames cerebrales y hasta enfermedades cardiovasculares, entre otros, han sido vinculados directamente al estrés. Por eso muchos estudios sugieren que prevenir el estrés es esencial para una buena salud. Hay cientos de métodos diferentes para trabajar con su reducción y prevenir sus efectos secundarios y a largo plazo.
En lugares como Japón, por ejemplo, algunas corporaciones incorporan el yoga o el taichi en su rutina mañanera para todos sus empleados y se les ve siguiendo a un instructor en estos ejercicios a una fábrica completa.
1. Una de las técnicas más básicas que todos debemos conocer es el control de la respiración. Algo tan sencillo como respirar profundamente, inhalando en un conteo de 10 y exhalando en un conteo de 10, reduce la presión sanguínea y los latidos del corazón drásticamente.
2. Otro ejercicio básico de respiración para liberar el estrés es muy sencillo. Solo tienes que contar hasta 10, el aire que te entra por la nariz se debe retener en tu cuerpo unos 5 segundos al menos, recogiendo toda esa energía negativa, ese aire contaminado que llevas adentro y luego lo exhalas lentamente en un conteo regresivo 10-9-8-7-6-5-4-3-2-1. Puedes repetir esto varias veces hasta que se te baje el coraje. Repite unas 5 a diez veces y sentirás alivio, además de que puede que tu cabeza se sienta ligera gracias al proceso de oxigenación del cuerpo.
3. Si tienes un poco más de tiempo, puedes hacer ejercicios un poco más complejos. Por tan solo unos 10 minutos, cierra los ojos un momento, aunque estés sentada en un escritorio en una oficina. Esto te ayudará grandemente. Imagina que estás en un lugar muy placentero, ese lugar dentro de un bosque mágico habitado solo por tu espíritu, ese lugar que tiene flores y pajaritos agradables que solo a ti te gustan. Ese lugar donde nada te hace daño y solo tú puedes entrar allí, tal vez habrá agua de un manantial o de un riachuelo que escuches y te bañas en él, en su agua pura y fresca. Allí, a ese lugar debes llevar tu mente cada vez que te quieran sacar de tu centro energético positivo y pacífico. Allí en aquel lugar eres libre y estás segura. Imagínate allí en esos momentos y lleva tu mente a ese lugar para que descargue la tensión y se rellene de energía vital nueva. Mientras vas llevando tu mente a ese lugar vas respirando profundo, ve inhalando por la nariz y exhalando por la boca, puedes comenzar con conteos de 7 adentro y 7 afuera, luego ve aumentando la cantidad de segundos a 10 y luego a 15 hasta que lo hagas lo más lento posible. Cuando exhales, hazlo por la boca y procura exhalar todo el aire que llevas adentro, no dejes nada dentro de ti, lleva hacia afuera toda esa tensión y preocupaciones, todo eso que te ha molestado sale de tu cuerpo con el aire. Intenta quedar en vacío varios segundos y luego rellena de aire puro y limpio inhalando por la nariz lentamente, llenando desde tu diafragma toda tu capacidad pulmonar, tu cavidad torácica.
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