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Cómo saber si tienes cáncer cervical

Al igual que en la mayoría de las enfermedades, y en particular los diferentes tipos de cáncer, la detección temprana es clave para que un tratamiento tenga más éxito. Y el cáncer del cuello del útero o cáncer cervical no es una excepción. Esto lo confirman las estadísticas: este tipo de cáncer es relativamente raro en los países más desarrollados, gracias sobre todo a las pruebas Papanicolaou mediante las cuales es posible detectar y extirpar las lesiones precancerosas, y también identificar las manifestaciones de cáncer en la etapa inicial.

Sin embargo, el cáncer cervical es la tercera causa de muerte por cáncer para las mujeres de los países pobres y de medianos ingresos. Los expertos aseguran que, en el futuro, en la medida en que estén más disponibles las pruebas y las vacunas contra el síndrome del virus del papiloma humano (VPH), se percibirá una mayor reducción de las tasas de esta enfermedad.

¿Cómo saber si podrías padecer cáncer cervical?

El primer paso para la detección es, por lo general, un resultado anormal de la prueba Papanicolaou, que conduce a pruebas posteriores para diagnosticar el cáncer. Los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades de Estados Unidos (CDC) recomiendan comenzar a hacerse el Papanicolaou a partir de los 21 años y de forma regular. Aunque es importante que sepas que esta prueba solo detecta el cáncer cervical o de cuello uterino; por lo que debes estar pendiente de cualquier signo que tengas y que pueda indicar cáncer de vulva, vagina, útero o cáncer de ovario. El cáncer cervical se puede manifestar a través de varios síntomas específicos, como el sangrado vaginal durante el coito. Otra prueba importante es la del VPH, que identifica la presencia del virus causante de este tipo de cambios en las células.

Cuando la prueba Papanicolaou arroja resultados anormales o las pacientes muestran síntomas de cáncer cervical, el primer paso de los médicos es averiguar sobre el historial médico de la mujer y de su familia, seguido de un examen físico general. El médico también revisará los nódulos linfáticos con atención en busca de señales de metástasis.

Estas son algunas de las pruebas que llevan a cabo los médicos:

Colonoscopia

Las colonoscopias no causan molestia. Los médicos examinan el cuello del útero desde el exterior con un colonoscopio, que consiste en lentes parecidos a los de los binoculares. Si se perciben anormalidades, se procederá a realizar una biopsia.

Biopsias cervicales

Existen varios tipos de biopsias para detectar el cáncer cervical. La biopsia no es otra cosa que retirar una parte del tejido del área que parece anormal, y luego esa muestra se analiza a través de un microscopio. A diferencia de la colonoscopia, las biopsias pueden ser dolorosas y molestas, pero es en realidad la única manera de determinar con certeza si se trata de células precancerosas o cancerosas y, en los casos en que se pueda extirpar todo el tejido anormal, puede ser el único tratamiento necesario.

Pruebas avanzadas

Cuando se detectan células cancerosas, los médicos ordenan pruebas posteriores para determinar si el cáncer se ha extendido, pero estas no son necesarias para todas las pacientes.

 
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