
La opción mediterránea: una “dieta” llena de sabores
La primera vez que escuché hablar de la Dieta mediterránea lo que me vino a la mente no fue un plan nutricional elaborado por alguien para bajar de peso y mejorar la salud, y mucho menos algo que implicara privaciones, sino el régimen de alimentación propio de los países de esa zona geográfica. Y resulta que, al conocer más de qué se trataba, comprobé que no estaba tan lejos de la verdad. Aunque desde la mitad del siglo pasado el doctor estadounidense Ancel Keys, residente en Italia y centenario por más señas, promovía ya la Dieta mediterránea y advertía sobre los efectos negativos de una alimentación con alto contenido de grasas saturadas, esta no comenzó a ganar aceptación hasta los años 90, cuando la presentaron instituciones tan reconocidas como la Facultad de Salud Pública de Harvard y la Organización Mundial de la Salud.
Como lo indica su nombre, la Dieta mediterránea se basa en la manera que se comen los griegos, los italianos, los españoles, e incluso los habitantes del norte de África y el Medio Oriente: una alimentación rica en pescados, frutas y verduras, frijoles, nueces, hiervas aromáticas, quesos y yogur (pero no leche), muchísimo aceite de oliva y alguna que otra copita de vino tinto. Los platos propios de esa región son tan variados como los países y las culturas, y los sabores tan intensos y diferentes que pueden satisfacer los paladares más exigentes.
¿Pero es realmente saludable consumir semejante carga de calorías, gran parte de ellas provenientes de grasas? Los científicos, con irrefutables estadísticas, coinciden en que sí lo es. Y esto se conoce como la “paradoja mediterránea”: las personas que se alimentan de esa manera tienden a sufrir mucho menos de enfermedades cardiacas y sobrepeso. Además, es mucho menor la incidencia de cáncer, las enfermedades de Parkinson y de Alzheimer. Es cierto que con la manera de comer del Mediterráneo se combina un estilo de vida activo y más relajado, pero no es difícil adaptar esa realidad a nuestro medio.
Si estás buscando la dieta perfecta, encuentra una que se base en la dieta mediterránea y combínala con un buen programa de ejercicios. Celebra tu decisión con un buen vino tinto y disfruta de darle más años a tu vida, mientras les das vida a tus años. No olvides consultar con tu médico cualquier cambio que vayas a hacer en tu estilo de vida.
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