
Suplementos de magnesio: ¿Deben ser parte de tu dieta?
Los suplementos de magnesio se anuncian con frecuencia como si tuvieran propiedades prodigiosas para curar una larga lista de problemas que van desde tensión y calambres musculares, dolores de cabeza, falta de energía y dificultades para dormir hasta arritmia cardiaca. ¿Son tan milagrosos como dicen o no son realmente necesarios? Es cierto que el cuerpo humano necesita el magnesio para más de 300 reacciones químicas de su funcionamiento normal: las contracciones musculares, la comunicación del sistema nervioso, la regularidad de los latidos del corazón, por mencionar algunos.
Sin embargo, según datos de los Institutos Nacionales de la Salud, la mayoría de las personas adultas de edad avanzada en los Estados Unidos no cuentan en sus dietas con la cantidad de magnesio apropiada. Parecería lógico pensar entonces que los suplementos de este mineral no nos vendrían nada mal… solo que, con excepción de las personas con enfermedades renales, alcoholismo, celiaquía o problemas digestivos crónicos, la mayoría de las personas sí obtienen el magnesio en los alimentos que consumen. Además, como asegura el Dr. Bruce Bristian, nutricionista clínico y profesor de la Facultad de Medicina de Harvard, la deficiencia de magnesio es poco común porque los riñones pueden reducir la pérdida de magnesio en la orina y contrarrestar las carencias.
No existen pruebas contundentes de la eficacia de los suplementos de magnesio para la salud, pero si piensas que puedes tener bajos niveles y te sientes afectada, debes hablar con tu médico para que te haga los análisis de sangre indicados y determines si debes tomar suplementos. ¿Y la manera más saludable de mantener el nivel necesario de magnesio? Obtenerlo a través de lo que comes.
Alimentos ricos en magnesio
La cantidad de magnesio que se recomienda recibir diariamente en la dieta es de 350 gramos para mujeres y hombres, y 420 gramos para personas mayores de 50 años. No te resultará difícil recordar qué alimentos contienen mucho magnesio, pues generalmente coinciden con aquellos que tienen mucha fibra dietética. Estos son algunos de los más comunes:
- Frijoles
- Granos integrales
- Pescado
- Verduras como brócoli, vegetales de hojas verdes, calabaza
- Almendras, nueces y otros frutos secos
- Productos lácteos
- Carnes
- Chocolate amargo.
Comentarios